Desde que era niño, a Neil deGrasse Tyson le encantaba mirar las estrellas, así que para comprarse su primer telescopio se dedicó a pasear perros en el Bronx, el barrio de donde es originario. Su afán de conocimiento no se detuvo ahí: fue aumentando a medida que descubría nuevas cosas, como los anillos de Saturno o de dónde viene cada uno de los elementos de la tabla periódica. Y ese afán no se detiene, porque la astrofísica es una ciencia que todos los días descubre algo nuevo: un asteroide, un planeta, una galaxia.
Astrofísica para jóvenes apurados
$13.000
“Tratar de captar la amplitud del universo… no es una tarea sencilla, pero en esta cuidadosa visión general, Tyson tiene éxito, aparentemente sin esfuerzo”. San Francisco Chronicle
Out of stock