“Durante demasiado tiempo ha tolerado la mujer silenciosamente al cómplice de las prostitutas y ha permitido arruinarse físicamente a sí misma y a sus hijos por el hombre; ha permitido manchar su cuerpo, y destruir su alma. Hace ya demasiado tiempo que la mujer ha callado ante este escándalo, esta atrocidad, esta aterradora y repugnante inmundicia, ante la terrible, espantosa difamación contra la mujer, contra la humanidad; ante la ridícula, miserable, indignante, conmovedora y atroz farsa de su moral y su moralidad. Es hora de hablar, ¡no!, de gritar, para que se escuche, que resuene en sus oídos, en los oídos de los fuertes, los superiores, los morales. Que por lo menos ocurra eso, ese es el único propósito de mi escrito”.
Contra todo binarismo opresor, Elberskirchen escribe conjugando sus conocimientos en medicina, derecho y política, para construir textos insumisos y potentes, que, tristemente, a pesar del paso del tiempo, siguen siendo contemporáneos en su búsqueda de la emancipación de mujeres y homosexuales.