La historia tiene una memoria muy corta. Todo se nos queda antiguo demasiado rápido. O rescatamos hoy a las mujeres pioneras del periodismo español o las perdemos para siempre.
Rosario de Acuña, librepensadora decimonónica y azote de todas las esclavitudes; Carmen de Burgos, la primera corresponsal de guerra y feroz luchadora por la conquista del derecho al divorcio y al sufragio femenino; Sofía Casanova, poeta, cronista de la Primera Guerra Mundial, y franquista tardía; Aurora Bertrana, defensora del amor libre, best seller de literatura de viajes, pionera del jazz, candidata a Cortes por Esquerra Republicana en las elecciones del 1933. Todas se rebelaron —con su pluma, pero también a base de bofetadas y escopetazos— contra todo lo que la sociedad esperaba de ellas.