Desde que era niño, a Neil deGrasse Tyson le encantaba mirar las estrellas, así que para comprarse su primer telescopio se dedicó a pasear perros en el Bronx, el barrio de donde es originario. Su afán de conocimiento no se detuvo ahí: fue aumentando a medida que descubría nuevas cosas, como los anillos de Saturno o de dónde viene cada uno de los elementos de la tabla periódica. Y ese afán no se detiene, porque la astrofísica es una ciencia que todos los días descubre algo nuevo: un asteroide, un planeta, una galaxia.
Astrofísica para jóvenes apurados
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“Tratar de captar la amplitud del universo… no es una tarea sencilla, pero en esta cuidadosa visión general, Tyson tiene éxito, aparentemente sin esfuerzo”. San Francisco Chronicle
Sin existencias