No es sabia la mujer que tiene muchos conocimientos, sino aquella que los sabe utilizar de manera positiva. En el transcurso de nuestra historia no ha existido ser más sabio que las brujas: mujeres amorosas, que no temían que su voz fuera escuchada, que cuidaban a quienes amaban pero sin ser sometidas.
Ahora, en medio de este agitado mundo, parece que las mujeres hemos perdido esos atributos; nos hemos olvidado que las brujas no sacrificamos lo que somos por seguir a quien no nos valora. Es hora de que analices las actitudes nocivas que te alejan de las relaciones amorosas sanas y te mantienen atada a los amores caóticos y al sufrimiento crónico.