El Archiduque Luis Salvador de Austria (1847-1915) fue una personalidad de múltiples facetas: aristócrata y popular, científico y sensible amante de la naturaleza, gran políglota y viajero incansable, era también un excelente escritor de fina sensibilidad. Este último aspecto se evidencia en sus Canciones de los árboles.
Esta pequeña obra, escrita al final de su vida en el jardín de su residencia invernal de Ramleh, expresa la íntima y sutil relación que durante toda su existencia tuvo el Archiduque con la naturaleza, en particular en su esplendorosa manifestación mediterránea. El texto tiene la virtud de desvelar al lector una nueva riqueza del mundo vegetal, la de su sonoridad: la música que los árboles crean en sinfonía con otros elementos naturales, como la lluvia, el viento o los pájaros… esa armonía deliciosa, poco atendida, que estas Canciones nos hacen capaces de percibir.