Un socialismo místico y feminista que coloca la cuestión de la emancipación como un acto a la vez filosófico, político, económico, religioso y estético. Se trata por medio de estos textos —como ha señalado Miguel Abensour— de retomar la cuestión de la emancipación, no para abandonarla sino para complicarla.
Bautizado el «Rousseau del siglo XIX», Pierre Leroux (1797-1871) inventó la palabra “socialismo” y fue fuente de inspiración para un vasto conjunto de escritores, entre quienes se cuentan a Proudhon, Blanqui, Baudelaire, Heine, Renan, Durkheim y Marx, quien en 1843 no dudó en calificarlo de “genial”. Es que, con anterioridad a Marx y Engels, Leroux había ya iniciado sólidamente la crítica de la religión cristiana y de la economía política inglesa, como formas antiguas de concebir a la humanidad. Olvidado por las diversas ortodoxias socialistas, en los escritos de este “Pensador de la humanidad” –como también fue caracterizado–, se destila de manera original, una teoría que aúna un comunismo primitivo junto a la utopía de una sociedad libertaria.