Nagisa Kataura tiene veintiséis años y oculta un secreto: de puertas afuera parece una trabajadora a tiempo parcial más, pero bajo esa máscara se esconde una auténtica cosplayer. Su mayor pasión es confeccionar trajes imposibles y transformarse en sus personajes de anime o manga favoritos; de hecho, el esmero y la creatividad que vuelca en todos sus disfraces le han cosechado una gran reputación entre los cosplayers del gremio. Sin embargo, para el resto de la gente lo de caracterizarse es un mero
pasatiempo para raritos, así que no le queda otra que mantener bien escondida esa faceta a fin de pasar desapercibida. Ahora bien, cuando las exigencias de sus dos mundos, tan distintos el uno del otro, empiezan a presionarla, se encuentra en un callejón sin salida: ¿Qué es más importante? ¿Perseguir los sueños o amoldarse a un estilo de vida convencional?
Mediante un dibujo exquisito, Yui Sakuma plasma en este manga las vicisitudes que atraviesan algunas personas al transicionar hacia la edad adulta. Si bien es cierto que nuestra cultura va aceptando, aunque gradualmente, distintas formas de entretenimiento, poco se habla de que, al alcanzar cierta edad, la sociedad en ocasiones nos obliga a dejar de lado pasatiempos que, por lo general, se han considerado «cosas de ñiños»; como podría ser leer mangas, jugar a videojuegos o, en este caso, dedicarse al cosplay. Esta obra refleja con inteligencia la dificultad de llevar una doble vida y pone de relieve el rechazo social que padecen aquellos que siguen disfrutando de aficiones menos convencionales. En Complex age, los amantes del cosplay se sentirán sin duda identificados con las experiencias de la protagonista.