La muerte de Matías Bertomeu, el ideólogo que cambió la revolución violenta por la agricultura, pone en marcha los mecanismos que componen Crematorio. El dolor es un espejo cuya imagen devuelve el tiempo que se fue, pero que trae también el reverso de vidas levantadas sobre oscuros cimientos: la del hermano de Matías, Rubén, el constructor sin escrúpulos, torturado por lo que considera una vieja traición familiar; Silvia, la hija de Rubén, biempensante restauradora de arte casada con el altivo Juan Mullor, el catedrático que prepara la biografía de Federico Brouard, viejo amigo de los Bertomeu, un escritor alcohólico que vive el fracaso de sus últimos días; Ramón Collado, el hombre que hizo los trabajos sucios del constructor, incapaz de levantar su propia empresa y sometido a los caprichos de una prostituta sin escrúpulos; Traian, el mafioso ruso, viejo socio de Rubén; Mónica, la jovencísima y ambiciosa esposa.
A través de estos personajes, Chirbes entra a saco en el caserón de la vida para ofrecernos un panorama tan deslumbrante como terrible: la familia como forma de ejercicio de los valores de propiedad, la especulación inmobiliaria, el dinero negro, los negocios sucios y el tráfico de capitales, la droga, el sexo como valor de cambio y como tabla a la que aferrarse en el mar de la nada, la corrupción como savia que recorre todo el cuerpo de una sociedad convulsa en la que la destrucción del paisaje adquiere valor de símbolo.