En estas narraciones Carlos Droguett vuelve sobre muchas de sus temáticas y obsesiones recurrentes, aquellas que ya habían marcado y
singularizado sus obras anteriores. Es así como, a partir de una circunstancia de indagación introspectiva, en líneas generales y en gran parte de ellas, surgen situaciones vinculadas con el cuestionamiento existencial, la soledad, la identidad, la búsqueda de sentidos vivenciales, el desencanto y la incomprensión, la diferencia y la marginalidad, la incertidumbre de un estar en el mundo, el desamparo y la angustia, la sangre, la violencia y la muerte, el sufrimiento y el sacrificio, las tragedias personales e históricas, el olvido, la evocación subjetiva y la memoria colectiva.
Son también relatos en los que se desarrollan, más notoriamente y con mayor énfasis, otros aspectos ya presentes en sus escritos publicados con antelación, en particular todo lo que se vincula con la temática del amor esperanzador e igualmente desesperado, las conflictivas relaciones interpersonales, los afectos y animadversiones en una pareja, los perfiles y los escenarios de la infancia y de la adolescencia desde una, perspectiva auto ficcional, con insistencia en las figuraciones de la madre, enferma y del padre ausente, entre otros.