Una carta sorprende a Lucrecia. Entre frases iracundas contra el trabajo y el mito del progreso, Vita, su tía recién fallecida, encriptó el mapa de un tesoro enterrado en medio de La Pampa. Poco a poco, esa voz y la sucesión de acontecimientos descabellados que desencadena trastocan sus costumbres mundanas y su férrea disciplina laboral.
Irónica y corrosiva, sin perder el sentido del humor ni por un instante, Cristoff revela el extractivismo vital que subyace en tantas prácticas contemporáneas. Del mail a la autobiografía, de la crónica de viajes al retrato y el telegrama, del teatro al cancionero anarquista, la novela se va armando en una superposición de personajes, formatos y géneros al modo de los números de las ferias o los circos ambulantes.