—Hola. No estaba seguro de que quisieras verme.
—Que estés aquí no significa que quiera verte. Tú eres el que ha venido. Cuéntame, ¿por qué estás acá?
—Bueno, ya sabes. Me gustaría poder leer las cartas que le envió mi abuelo al tuyo.
—Eso ya me lo dijiste. Lo que quiero saber ahora es ¿por qué estás acá?, ¿por qué has viajado desde Chile hasta Hiroshima?, ¿qué es lo que estás buscando?
«Un nieto emprende un viaje en busca de la historia que encierran las últimas palabras pronunciadas por su abuelo: “Hiroshima, Hiroshima”. Un desplazamiento geográfico cuyo destino será un paisaje interior, un Japón a la medida, desde el cual observar los frágiles mecanismos que movilizan y sostienen la vida».
MARÍA JOSÉ FERRADA