Como lo sugiere su título, este libro no pretende ser una enciclopedia ni un glosario acabado de nuestra música. Tampoco, desde luego, una suma de anécdotas que se encuentran en internet. Se trata más bien de un compendio arbitrario y original —por supuesto, incompleto— de lo que gira en torno a la música chilena: cantantes, agrupaciones, compositores, discos, eventos y lugares no necesariamente memorables. Los curiosos encontrarán historias descabelladas y extravagantes, en una secuencia que permite el cruce entre historia, biografía, política y estética.
Diccionario incompleto de la música chilena está plagado de episodios, listas, fichas y rarezas que dan cuenta del espíritu inquieto y la diversidad de conocimientos de tres autores (Íñigo Díaz, Marisol García y Jorge Leiva) que durante décadas han trabajado en torno a nuestro patrimonio auditivo y que en estas páginas han querido rendirle tributo, desde la A hasta la Z. No en vano, hay espacio aquí para Las Cuatro Brujas y Los Prisioneros, Claudio Arrau y Los Cuatro Cuartos, Lucho Gatica y Amparito Jiménez, Luz Eliana y Los Bunkers; y, cómo no, también para el guitarrón de punto, los helados que inspiraron canciones, los temas de Mazapán y la Gaviota del Festival de Viña.