En la obra, Nietzsche identifica todo el mal social en el cristianismo. Es la causa por la cual sufre la humanidad y el hombre se encuentra oprimido moralmente. El autor considera que Jesucristo fue el único y verdadero cristiano, y los fundadores de la Iglesia tan solo realizaron una tarea de deconstrucción sobre su imagen y su palabra, una traición que malinterpreta las enseñanzas de Cristo, manteniendo así al hombre alejado del saber y del conocimiento, y evidenciando el deseo de la sociedad eclesiástica de conservar el poder a través de falsedades y supersticiones que el pueblo terminará por aceptar.