En su tiempo, El arte de amar suscitó no poco escándalo. De los tres libros de que consta, los dos primeros enseñan a los hombres cómo se conquista a las mujeres; el tercero instruye a las mujeres para que sepan mantener fieles a ellas los corazones de los hombres.
Entre los clásicos latinos, el «Arte de amar» de Ovidio ha gozado siempre del favor de los lectores, lo que ha propiciado a lo largo de los siglos numerosas versiones de este texto. Sin embargo, la mayoría de sus traductores han optado por realizar su tarea en prosa, ignorando así o despreciando una de las características fundamentales de esta obra: su escritura poética, en ritmos dactílicos. Juan Manuel Rodríguez Tobal, por el contrario, demuestra en su versión su respeto por este texto recreándolo en castellano en ritmos equivalentes a los latinos del original, lo que nos permite una lectura más cercana al estilo y los propósitos de su autor. Publio Ovidio Nasón nació en Sulmona el 43 a.C. y murió desterrado en Tomos (la actual Constanza) el 18 d.C. Escribió los «Amores», las «Metamorfosis», los «Fastos» y el «Arte de amar», que provocaría su destierro por el emperador Augusto, por su mensaje de libertad individual y por hacer del placer su más grande aspiración y el objeto exclusivo de su canto. Este nuevo sentido de la vida es la verdadera lección de este libro, una lección acaso hoy todavía subversiva.