Cada día, el camaleón cambia de color y se vuelve marrón sobre un palo, verde sobre una hoja, rojo sobre una flor…
Hasta que un día, el camaleón descubre un zoo repleto de animales maravillosos. Quisiera ser blanco, como el oso polar; tener la elegancia del flamenco; conseguir el cuello de la jirafa… Al final, termina convertido en un ser muy peculiar, pero es incapaz de comerse una mosca. ¿Aprenderá el camaleón que es mas importante ser siempre fiel a uno mismo?
Una historia entretenida, llena de color e imágenes muy originales, que nos enseña una bonita lección.