En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, en una base aérea de Alabama, un pequeño grupo de pilotos renegados forjaron una idea radical. ¿Qué pasaría si los bombardeos fueran tan precisos que las guerras pudieran librarse desde el aire? ¿Podrían los brutales enfrentamientos entre ejércitos de tierra convertirse en cosa del pasado? Este libro cuenta lo que ocurrió cuando ese sueño intentó llevarse a la
práctica. Sigue los pasos de un genio holandés y su ordenador casero, de un grupo de pirómanos chalados en Harvard, de un brillante piloto que cantaba vodevil a su equipo y del comandante LeMay, quien ordenaría uno de los ataques más sangrientos de la Segunda Guerra Mundial. A su más puro estilo, Gladwell nos enreda en una serie de dilemas y se pregunta cuál es el precio del progreso.