En un lugar perdido de Ohio, el veterano de guerra Willard Russell asiste impotente a la inevitable muerte de su mujer. Ni su fe acérrima ni los sacrificios sanguinarios que realiza junto a su hijo Arvin en un improvisado altar en pleno bosque parecen ganarle la partida al cáncer. A lo largo de dos décadas, desde la resaca posbélica de los años cincuenta hasta los esperanzadores sesenta, Arvin crece marcado por la violencia a la búsqueda de su propia versión de la justicia. Otros personajes siniestros -predicadores enfebrecidos y libidinosos, un sheriff corrompido o una extravagante pareja de asesinos en serie que conduce por las carreteras norteamericanas a la caza de sus víctimas- comparten con él este infecto agujero.
En esta aclamada obra, la crudeza de la novela negra más descarnada se suma a la imaginería del gótico norteamericano. Donald Ray Pollock, una de las firmas más perturbadoras y talentosas de los últimos tiempos, indaga en la depravación y la redención de unos personajes al límite que viven en un mundo bendecido por el mismísimo diablo.