Le Vieux Coq es un viejo sibarita dedicado a gozar de las cosas buenas de la vida; la buena mesa, los buenos libros, el buen vino y la sobremesa bien conversada con bellas mujeres. Un vividor obsesivo, compulsivo, apasionado coleccionista de instantes, sonrisas, momentos, besos, vinos, comidas, frases, caricias y palabras, quien a lo largo de su atribulada existencia ha acumulado infinidad de recetas e historias, las cuales ha empezado a contar.
¿Hasta dónde se pueden extender los límites sin darse cuenta de que ya se es un ser marginal?
Esta novela existencialista y coral, rebosante de liminalidad, lo llevará a perderse en calles y bares de una ciudad parecida al Santiago que todos conocemos, poblada de seres solitarios, descarriados y tan nuestros, de mano de tres narradores en un recorrido lleno de borracheras, hipertextualidad y mitología donde encontrará princesas, la demostración de un teorema, un sapo, muchas preguntas, una osa, dos asesinatos, una grulla japonesa, pocas respuestas, varias sorpresas, un programita en COBOL, un toro e infinidad de yeguas, sin contar mucho alcohol, sexo y drogas.