Los cinco hermanos Dunbar viven en un hogar sin adultos, cuidando los unos de los otros, luchando por sobrevivir en un mundo que los ha abandonado, hasta que su padre, el hombre que los dejó sin mirar atrás, vuelve a casa. ¿Por qué ha regresado?
Matthew, cínico y poético, es quien lleva las riendas de la familia; Rory, siempre falta a clase; Henry, una máquina de hacer dinero, y el pequeño Tomy, coleccionista de mascotas que ha colonizado la casa con animales disfuncionales, como la mula Aquiles y Rosy, el border collie. Y luego está el silencioso Clay, perseguido por un suceso del que no se puede hablar. Pero la historia se remonta tiempo atrás: a ese abuelo cuya pasión por los antiguos griegos aún llena de color sus vidas, y a los padres, que se conocieron gracias a un piano extraviado. Clay tratará de revelar su trágico secreto y de construir un puente para salvar a su familia y salvarse también a sí mismo.
Los elogios con los que The New York Times recibió La ladrona de libros, la primera gran novela de Zusak, siguen vigentes para El puente de Clay: «Los lectores jóvenes necesitan este tipo de alternativas a la rigidez ideológica, así como exploraciones sobre la importancia de las historias. Y, pensándolo bien, también los adultos.»