Viñetas, estampas, retratos, sortilegios… Esto y mucho más contiene Embrujos y otros filtros de amor, volumen en el que Gregorio Martínez echa mano del cuento, la poesía, el testimonio, la crónica y el ensayo, para subvertirlos y crear nuevas formas de asumir el oficio narrativo. Estamos, qué duda cabe, ante un notable contador de historias que, mediante una prosa precisa y gozosa, nos revela los secretos de las artes lascivas y eróticas, y también delinea con maestría el contorno de unos personajes y paisajes singulares. Pero este libro es, sobre todo, expresión rotunda de su compromiso pasional con el lenguaje. Se percibe aquí un regusto por las creencias y saberes de origen popular, en cuya urdimbre se interna Martínez por medio de una “manifiesta escritura de gusanillo”, como el propio autor lo señala.