Los ensayos reunidos en este libro, escritos por expertos en la obra de Walter Benjamin, de Chile, Estados Unidos y Europa, sugieren que el filósofo, que pasó su infancia en Berlín, después años importantes de su producción intelectual en el exilio en Francia y que se suicidó en la tentativa de escapar del fascismo, no se restringe a esta visión kafkiana. Los autores de este volumen resaltan en qué medida la crítica benjaminiana del mundo capitalista, de la fantasmagoría de la mercancía, de la pérdida del aura –en una palabra, su crítica de la modernidad–, revela en sus medios técnicos y en su estética –pero también en la experiencia de los socialmente marginalizados– una dialéctica salvadora. Ella se alimenta de la inquietud teológica que atraviesa toda la obra de Benjamin; una teología, no obstante, que debería convertirse en política (y no la política en teología).
Entre los fragmentos del Libro de los pasajes leemos: “Mi pensamiento está en relación con los conceptos de la teología como el papel secante con la tinta: se ha empapado de ella enteramente. Pero si se cumpliera el deseo del papel secante, nada de lo escrito quedaría” (Fragmento N°7 a, 7).