Alejandro tiene 33 años y es un hombre chileno como muchos otros. Decía saber poco sobre la violencia de género, y es que no la sentía cercana. Eso fue hasta que le propusieron enterarse de las experiencias que podrían tener las mujeres de su entorno. Para su sorpresa, cada una de ellas —amigas, colegas, familiares— tuvo algo que contarle… ¡Incluso su mamá!
Monserrat Sepúlveda llegó con la propuesta, ya que desde niña ha escuchado y compartido sobre este tipo de violencias con otras mujeres. Pero al conversar con los hombres que la rodeaban, notó que ellos no estaban al tanto. “Si conocieran nuestras vivencias ¿entenderían la verdadera magnitud del problema?”, pensó.