La “estabilidad” pues, es una cualidad de la pertenencia sistémica y la “legitimidad” (que no es una mera cualidad subjetiva, sino el derecho y el poder de la soberanía) una decisión ciudadana. Pero, históricamente, la “estabilidad” ha sofocado y enterrado la “legitimidad”. Tanto que la historia de aquella es pública, oficial y visible, y la de ésta, oscura y soterrada, una historia que solo se hace visible cuando “revienta” sobre la superficie de aquélla. Por lo mismo, cuando el historiador se sitúa para trabajar a ras de ciudadano, lo hace como un arqueólogo: desenterrando sujetos y hechos ocultos, devaluados u olvidados. Casi subversivamente. Ya que, tras un siglo y medio o dos de estabilidad dominante, la legitimidad ya no aparece como derecho y poder natural de la ciudadanía, sino como instrumento escamoteado a para la “Razón de Estado”. Como herramienta en la mano de la Ley y el Sistema. Como discurso “legitimador”, para paliar crisis de legitimidad. Para hacer durar, en suma, durabilidad.
Historia contemporánea de Chile I. Estado, legitimidad, ciudadanía
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Dividida en cinco tomos, esta Historia contemporánea de Chile reconstruye el devenir de nuestro país desde su nacimiento hasta nuestros días. El enfoque no es cronológico sino temático, y sus protagonistas, los actores concretos y diversos, los conocidos y los anónimos.
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