Pero los rumores de un príncipe enfermo y cruel no cesan, y lo único que eclipsa la aprensión de Aurelia hacia su inminente matrimonio es el temor a aquellos que la matarían para evitarlo.
Pronto circunstancias funestas la harán huir de su trono, entonces descubrirá la felicidad que una vida plebeya puede brindar, lejos de intrigas políticas, compromisos monárquicos y el ejercicio prohibido de su legado más antiguo: la sombría magia de sangre que es capaz de conectarla con fantasmas y espíritus.
Aurelia parece un simple peón en un juego de amor, poder y guerra que ha perdurado durante siglos. Ahora debe decidir si quiere entregarse a su nueva vida o luchar por la que ha perdido, al tiempo que se abre paso por los complicados lazos que la unen a un príncipe forastero, al inquieto fantasma de una antigua reina, y a una enigmática planta llamada hoja de sangre.