Silvia Federici parte de la constatación de que asistimos, como nunca antes en la historia, a la posibilidad de transformar nuestros cuerpos. Este libro recorre las mutaciones que sufre el cuerpo en tanto fuerza de trabajo en el capitalismo contemporáneo, actualizando un aspecto ya estudiado en su clásico “Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria”. Del fitness y la vida sana a la concepción de la enfermedad como problema individual y la subrogación del vientre, indaga en las diversas técnicas y dispositivos médicos-psicológicos que lo disciplinan y las políticas reproductivas que lo regulan. Ante esto, la autora contrapone otra noción de cuerpo: un cuerpo que goza, que danza, que puede ser territorio de resistencias y límite a la explotación capitalista.
“Mi concepción es igualmente expansiva que la del cuerpo pantagruélico de Mijaíl Bajtín, pero de distinta naturaleza, pues lo que encuentra el cuerpo al ir más allá de la piel no es un paraíso culinario, sino una continuidad mágica con el resto de los organismos vivientes que pueblan el planeta: los cuerpos de los humanos y los no humanos, los árboles, los ríos, los mares, las estrellas. Es la imagen de un cuerpo que reúne lo que el capitalismo ha separado, un cuerpo que ya no está constituido como una mónada de Leibniz, sin puertas ni ventanas, sino que se mueve en armonía con el cosmos, en un mundo en el que la diversidad es una riqueza para todos y un motivo para hacer en común, y no una fuente de divisiones y antagonismos”.