La derecha ha conseguido que el término woke se asocie peyorativamente al comportamiento y las políticas de la izquierda global hasta el punto de desdibujar los límites y hacerlos casi sinónimos: un error muy peligroso, advierte Susan Neiman.
En este ensayo desgrana magistralmente cómo las raíces intelectuales y las fuentes de las que bebe lo woke entran en conflicto con las ideas capitales en las que se ha basado la izquierda en los últimos siglos. Para argumentar su tesis, rastrea los malignos posos que ha dejado la obra de dos titanes del pensamiento del siglo XX, Michel Foucault y Carl Schmitt, que socavaron las ideas de justicia y progreso. Una generación educada con estas voces en la cabeza se ha propuesto cambiar el mundo. Pero ya es hora de que recapaciten.