¿Qué sucede cuando el Abrigo, una de esas playas donde son arrojados los náufragos de nuestra sociedad, esas tierras de nadie que se vislumbran desde las autopistas en un aleteo de ropa tendida, es objeto de la especulación inmobiliaria?
El punto de vista de un perro no es posible para la mirada de un hombre. Así, este perro guía, King, que le habla a la inocencia que aún pueda quedar en nosotros, nos conduce por los pliegues de este Abrigo. Con él entramos a participar de la pequeña resistencia cotidiana «impregnada de ingenio y creatividad» de los que nada tienen.