Y es tal su don que puede contar cualquier historia que se proponga, como el descubrimiento de la pasión por una parejita prehistórica, el efecto liberador de una catástrofe en la vida de una mujer que creía tener todo bajo control o el duelo moral y amoroso entre un renegado justiciero y una detective vieja y perspicaz.
Los dieciocho relatos que integran este libro no solo son una galería de películas imaginarias sino también un fenomenal despliegue de géneros, tramas, asuntos y personajes, de ideas, procedimientos y emociones, en la mano de uno de los grandes insubordinados de la prosa que nos domina. Pocos conocen tan íntimamente las palabras como Marcelo Cohen, dueño de un estilo de cuño propio que reúne elegancia y juego, precisión y lirismo, además de una imaginación singular. La calle de los cines es una invitación a volver a experimentar el disfrute, el asombro y la admiración que despierta la mejor literatura.