Las turbulentas muertes de los dos principales líderes del frente revolucionario salvadoreño durante los llamados «sucesos de abril» de 1983, han fracturado los cimientos del Partido. Entre las voces disidentes hay intelectuales y artistas, como es el caso de Juan Carlos, huido de El Salvador e instalado en Ciudad de México a comienzos de 1984, donde espera conseguir que Canadá le acepte como refugiado político.
Junto a Juan Carlos confluyen en el limbo que es Ciudad de México un elenco de personajes marcados por la guerra civil salvadoreña: un joven exguerrillero que huyó de la represión y anhela reincorporarse a la lucha armada, un periodista argentino que tuvo que huir de la dictadura militar de su país y sueña con escribir el gran libro sobre la revolución centroamericana y un músico que abanderó el mensaje revolucionario en el exilio y malvive carcomido por la culpabilidad y los recuerdos.
A través del presente y el pasado de sus protagonistas y de las muertes de los guerrilleros Mélida Anaya Montes, Salvador Cayetano Carpio y Roque Dalton, esta novela impresionante da buena cuenta de la degradación de los izquierdistas, así como de la diáspora sin tregua que el conflicto originó y que es, en definitiva, una de las secuelas de cualquier guerra. La diáspora, debut literario de Horacio Castellanos Moya, se publica por primera vez fuera de El Salvador en una edición revisada por el propio autor.