“Pepita Turina fue una mujer “adelantada para su época”. Sus cuentos y novelas fueron escritas con una gran sensibilidad crítica al respecto. Ya en 1936 la escritora muestra el desaliento de una vida nimia e insatisfecha que transita entre las ansiedades y lamentaciones que trae consigo “ese sabor confuso de lo mal realizado, más que de lo irrealizable”´. No cabe duda de que esta temática es la que predomina en los relatos de la escritora, un sentimiento tan común en nosotras, las mujeres. Y no es que se trate de un esencialismo, ni mucho menos, es simplemente el relato de un cuerpo, una experiencia y su devenir genéricamente marcado. Pepita logró captar los síntomas de una época, de una historia, de un sistema social. La frustración y lo imposible, pero también el ´deber-ser´ de las mujeres, lo impuesto o la norma que tantas otras escritoras incluyeron en sus obras”.
ANA CRISTI