En un futuro cercano, la tercera guerra mundial se recrudece a marchas forzadas, y la Tierra, plagada de virus y radioactividad, resulta inhabitable; al menos, eso cree la inmensa mayoría de la población que, confinada en factorías subterráneas, sólo conoce del exterior lo que ve en los informes televisivos. Pero éstos no ofrecen más que mentiras sistemáticas ideadas por profesionales del artificio, guardianes de una realidad radicalmente distinta: la guerra acabó hace años y el planeta es un gran jardín.