Un bar clandestino que fue símbolo de la resistencia a la dictadura, el secreto refugio que Roberto y Nicanor Parra encontraron en el bravo puerto de San Antonio o las etílicas tertulias que inspiraron a Jorge Teillier allí en calle Nueva York. Importantes episodios de la historia y la cultura de nuestro país han tenido lugar frente a la barra de un bar o en la atiborrada mesa de una picada. Es ahí, entre platos y copas, donde desaparecen las normas sociales, lo que deja ver de mejor manera lo más íntimo de nuestra idiosincrasia. Esa de la cantina y la chingana que glorificaba Pablo de Rokha, pero que también expusiera Violeta Parra con toda su crudeza.