Muchos de los descontentos actuales, así como el devenir absurdo y errático que caracteriza a la realidad —desde los transbordadores espaciales en tierra hasta los villanos de Silicon Valley, desde el cine y la televisión de insulso reciclaje hasta el escapismo mediante el consumo de drogas o la realidad virtual—, reflejan un sentimiento de futilidad y decepción, de que los caminos que nos quedan por recorrer llevan únicamente al ocaso. En este escenario tememos a la catástrofe, pero en cierto modo también suspiramos por ella, porque la alternativa es aceptar que somos decadentes de forma constante.
Oponiéndose tanto a los optimistas, que insisten en que cada vez somos más prósperos y felices, y a los pesimistas, que esperan el colapso de un momento a otro, Ross Douthat aporta un diagnóstico esclarecedor de la condición moderna: cómo hemos llegado hasta esta época turbulenta, cuánto tiempo podría durar la era de la frustración y cómo, ya sea mediante el renacimiento o la catástrofe, podría acabar finalmente nuestra decadencia.