Para Wendy Mogel, el arte de la conversación con los niños radica no sólo en el mensaje, sino en aprender a hablar con un vocabulario que evolucione a medida que ellos van madurando. Implica, también, entender cómo modular la voz, controlar el ritmo del habla, escuchar con atención, paciencia y cordialidad. De igual forma, un lenguaje corporal seguro y relajado es de suma importancia si queremos que nuestros hijos aprendan a ver a sus padres como figuras de autoridad, y para que puedan comunicar y entender mejor sus emociones y necesidades.
Las lecciones de este libro buscan mejorar la atmósfera en tu hogar, acercarte más a los niños y servir de contrapeso para nuestra cultura nerviosa y distraída. Si respetas el desarrollo cognitivo, los intereses y el temperamento de tus hijos, podrás transmitirles casi cualquier idea y propiciar su desarrollo lingüístico y emocional.