La hija de Max Borda, Cristina, vuelve a Chile luego de separarse de su marido, Beltrán Jerez, pero no lo hace sola, sino como pareja de Gastón Solar, un joven artista que conoció en San Francisco y que la acompaña en su retorno para montar una representación de La tierra baldía de T.S.Eliot.
Max, viudo desde hace un tiempo de Alejandra Souza, se ha casado con su hermana Virginia, y vive en el sur de Chile. Así, el protagonista de El nadador observa cómo su hija reconstruye su vida al lado de una nueva pareja, viviendo ambos en la tensión de recibir una herencia que permitirá realizar el gran proyecto teatral que asoma como una promesa de reconstrucción de sus vidas, más allá de sus propias incapacidades.