Ni la persona más exigente puede resistirse a adoptar a Marco Aurelio como consejero para la vida.
Para él, la filosofía no era pura teoría, sino un instrumento práctico para mantenernos en pie, asumir nuestras responsabilidades y vivir mejor en sociedad. Estas Meditaciones, un diálogo consigo mismo que sintetiza toda su sabiduría y un hito de la filosofía clásica, nos ayudan a alcanzar la libertad y la paz frente a los altibajos de la vida, desprendiéndonos de lo incontrolable y tomando las riendas de lo que sí depende de nosotros para convertirnos en “escultores” de nuestros pensamientos, nuestros juicios y nuestros deseos.