Veinticuatro son las y los profesionales que en estas páginas nos relatan cómo fue “su” 11 de septiembre. Cada una de estas personas, comprometidas con el proceso de transformaciones de la Unidad Popular y con la democracia que se profundizaba con la participación popular, se dirigieron aquella mañana amenazante a sus respectivos lugares de trabajo. Muchas no lograron llegar, o bien no pudieron ingresar a ellos, la ciudad había sido ocupada militarmente y pronto se escucharon los aviones que dejaron caer sus bombas sobre el Palacio de La Moneda. Cada una de estas personas era muy consciente que vivían un momento histórico definitorio, y que su papel era dar cuenta de ello: de la violencia que comenzaba a desatarse contra un pueblo indefenso, y con ello, la clausura y violación de los derechos humanos más elementales.
Cada una de ellas ha sido testigo de la gesta histórica más significativa en cuanto al avance democratizador que Chile ha vivido en más de 200 años. El triunfo de Salvador Allende y sus mil días de gobierno, fue el resultado de un siglo y medio de luchas sociales por alcanzar una vida más digna para las mayorías. Y fue ese hecho, el haber alcanzado una democratización más profunda y significativa para la clase trabajadora y el pueblo en su conjunto, lo que desató la violencia cruel y demencial de quienes históricamente han detentado el poder económico, político y comunicacional.
Sin duda este libro constituye un significativo testimonio para la construcción de la memoria colectiva, y nos habla de la entereza, el temple, las convicciones y el compromiso que pueden alcanzarse cuando hay un proyecto y un liderazgo que interpreta los grandes anhelos de justicia e igualdad, para la construcción de una sociedad que se asiente en la paz.