Marco Fajardo se adentra en los meandros del exilio chileno sin ínfulas de historiador ni afanes catequistas. Lo hace simplemente para indagar en los orígenes de su propia biografía. Pero al hacerlo, hurga además, nolens volens, en esos opacos capítulos de nuestra “historia privada de la nación” que muchos próceres, subpróceres y aedos de la fementida transición democrática poscapitanato preferirían ignorar (o enterrarlos, como acostumbran hacer los gatos con sus deyecciones). Con un laconismo epigramático muy parecido a la circunspección, Fajardo evoca breves circunstancias y personas de sus “exilios dorados”, los que comienzan mucho antes de su propio nacimiento en una bella ciudad de un país que ya no existe. Para muchos como él, tales “exilios dorados” se han extendido y siguen vigentes en eso que la mitología popular se ha dado en llamar la patria: un territorio a todas luces más imaginario que real.
Mi exilio dorado
$11.000
El libro que usted sostiene en estos momentos en sus manos es una incursión muy personal en la región más extensa y variopinta de nuestra historia y geografía. También la más ignota.
1 in stock