Este libro se divide en dos partes, la primera, “El reino de lo inorgánico” trata del mineral en sí, lo que él es y lo que significa desde una visión simbolista del Universo, aquella que sabe captar en todo lo que existe un sentido profundo, una entidad, una vida, incluso en aquellos seres, tan inertes y callados como los minerales.
La segunda sección, “Mineralia y humanidad”, aborda las variadas relaciones entre hombres y gemas, enfatizando en los aspectos espirituales, si bien se evocan otros. En “Rocas y Espírtu” se destaca el papel de éstas como mensajeras de lo Divino, pues como otros tantos seres y fenómenos naturales ellas, a pesar de su frío talante –o quizá por ello– han sido y son un nexo de unión entre los efímeros humanos y la Eternidad.
En la parte dedicada al mundo anímico: “Minerales del alma” podemos encontrar reflexiones espirituales y morales; también la presencia de las diferentes sensibilidades religiosas en relación con los seres inorgánicos. Encontraremos, los aspectos mágicos, curativos o simple- mente fantásticos. Esta sección comprende un conjunto abigarrado pero imprescindible dada su importante presencia en las civilizaciones antiguas, orientales o en la cristiandad medieval como, igualmente, para cualquier grupo tribal. Se constatará en el apartado que la admiración por piedras y gemas ha sido frutífero pues ha inspirado leyendas orales y escritas muy atractivas, así como ideas y pensamientos valiosos. La sección comienza con la magia para seguir la vía ascendente, vinculando sus fases al simbolismo mineral.
El libro acaba allí donde idealmente conduce el camino espiritual, en la beatitud paradisíaca, pero bajo el prisma del simbolismo propio de las piedras preciosas, el la transmutación, cristalización o sublimación de lo material, es decir, de todo aquello que de esencial o divino hay en lo terreno. Este es el mensaje más potente del reino mineral, afín al de los metales, los oficios cuyo agente transformador es el fuego y la alquimia.