A punto de cumplir su condena, Vinizio se sorprende con la visita de la Guille, su amiga de tantos años. En el diálogo entre ambos se reconstruye la realidad de extrema carencia que los llevó a luchar como fuera necesario para sobrevivir. En el presente, la deseada promesa de una vida mejor viene, como siempre, de la mano solidaria de quienes menos se espera.
Días antes de su muerte Luis Rivano entregó una nueva versión de Mis tres homicidios, la que sería su última novela. En ella regresa a su mundo narrativo más propio, con todas las señas que desarrolló en su dramaturgia, cuentos y novelas: el de los lanzas, prostitutas, choros y cafiches del centro de Santiago, mostrando toda su conmovedora humanidad. Un mundo que termina por formar una trilogía sobre el Vinizio con El apuntamiento y El Rucio de los Cuchillos.