Muerte de un viajante

Se estrenó en 1949 en Nueva York y obtuvo de inmediato tal éxito que catapultó a la fama a Arthur Miller. Esta pieza teatral se ha convertido en un símbolo de la tragedia del hombre corriente en una sociedad que lo aniquila. El protagonista, Willy Loman, casado y padre de dos hijos, ha trabajado toda su vida como viajante de comercio. Tiene sesenta años y está extenuado: le niegan un aumento de sueldo y acaba siendo despedido «por su propio bien». Entonces todo a su alrededor se derrumba: ¿qué error ha cometido? «El que siga habiendo tantos Willy en el mundo –afirmó Miller– se debe a que el hombre se supedita a las imperiosas necesidades de la sociedad o de la tecnología se aniquila como individuo.»