Niños del Olvido, señala a través de sucesivas escenas, de recuerdos y citas literarias, un diálogo epocal que escoge y sintetiza hitos personales, sociales, amorosos y culturales de manera alegórica de un tiempo histórico y político que perdió su pulso, como efecto de la dictadura y del neoliberalismo. Sin embargo, su poesía, como gesto minoritario y disidente, resiste su instalación con frescura, a pesar de la melancolía que inunda el texto. Poemas que reflejan la interioridad de un grupo, una praxis, una cultura, cuya existencia pareciera haberse diluido en el olvido. Como en el poema “Mirlos”, esos mirlos que tal vez representan una metáfora de ese espacio de la pureza, de la juventud y del deseo de libertad. Como ellos, buscando abrir los ojos empañados, por los golpes de la historia contemporánea. Porque el deseo y su admirable grandeza subsisten en las huellas del inconsciente que escoge los paseos citadinos, los parques, los bares y universidades, como el lugar de una historia, que pese a su fugacidad no pierde la potencia de su lirismo, ni la eficacia de su estética, como lo demuestra este gran texto.
EUGENIA BRITO