Carmen Ávila, escritora chilena, ha desaparecido, y el enigma debe resolverlo la detective de 54 años, Rosa Alvallay, divorciada, dos hijos, que tiene el exilio a sus espaldas y un nuevo caso entre las manos. Las pistas son los tres hombres que tuvo Carmen: su marido, un esquivo escritor mexicano y un guerrillero que fue su amante; y también la última frase que dejó la mujer desaparecida: “Me siento como una princesa en un minarete”.
Una obra que sigue las huellas de Nosotras que nos queremos tanto, Antigua vida mía y El albergue de las mujeres tristes, y rastrea entre las distintas soledades la mayor de todas, que es única, insondable y mujer: Nuestra Señora de la Soledad.