Los perdedores y los autodidactas siempre saben mucho más que los ganadores. Si quieres ganar, tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perder el tiempo en saber más: el placer de la erudición está reservado a los perdedores.
A sus cincuenta años, Colonna se ve llevando una existencia con no pocas connotaciones amargas, pues a lo largo de su vida no ha logrado triunfar como documentalista. De hecho su ex mujer siempre le ha calificado como un perdedor compulsivo. Sin embargo un reto, que por su singularidad, se verá impulsado a aceptar. Eso, claro, sin contar la enorme cantidad de dinero que recibirá a modo de salario. Dicha propuesta consiste en ocupar el puesto de redactor jefe del Domani, un diario que se adelantará a los acontecimientos a base de suposiciones y mucha imaginación, sin reparar casi en límite que separa la verdad de la mentira, y chantajeando de paso las altas esferas del poder.
Reunidos en un despacho confortable, Colonna y otros seis colegas preparan los que serán los Número 0, las ediciones anticipadas del nuevo periódico, indagando en archivos que hablan de los secretos ocultos de la CIA, del Vaticano y de la vida de Mussolini. Todo parece ir sobre ruedas hasta que un cadáver tendido en una callejuela de Milán y un amor discreto cambian el destino de nuestro héroe y el modo en que sus lectores vamos a mirar la realidad, o lo que queda de ella.