Shimamura, acaudalado caballero de mediana edad regresa a “la espalda de Japón” atraído por Komako, joven aprendiz de geisha a quien conoció en un viaje anterior. El amor apasionado que Shimamura despierta en ella le plantea a este un dilema: incapaz de corresponderlo, pero a la vez fascinado por su intensidad, optará por prolongar su estadía en las termas. La misteriosa Yoko anuda su destino al de la pareja, con el blanco de la nieve como presencia continua.
País de nieve marca el fin de la juventud de su autor y la búsqueda que llevó adelante para redefinir su estilo literario. En esta singular novela, Yasunari Kawabata relata con maestría un triángulo amoroso, la belleza y el paisaje con su escritura sutil y poderosa.
A tal punto fascinó este libro a sus primeros lectores (aquellos que conocieron la novela por entregas, a través de un periódico de Tokio) que obligó a Kawabata a trastabillar en dos de sus inalterables preceptos de silencio: por una vez, aceptó hablar de dónde venían sus personajes y, también por única vez, decidió reformular el final”. —Juan Forn