Emilio Ortiz, un joven chileno de clase media, lleva una vida relajada en París, donde estudia un posgrado en lingüística. Sus días transcurren entre su afán por averiguar sobre una misteriosa chica que lo obsesiona, y el pequeño hotel en que ejerce de conserje y donde llega a conocer personajes de la más variada ralea.
Ha puesto así distancia física y emocional con una familia conservadora con la cual poco tiene en común, y con un país herido, que atraviesa los traumáticos últimos años de una larga dictadura. Su tranquilidad se derrumba, sin embargo, cuando descubre la amistad de su padre con los principales dirigentes de la represión en Chile y una serie de sucesos que podrían hacer cambiar lo que sabían de final de su padre: su supuesto suicidio.