Horacio Piña es un artista chileno que deambula entre cafés berlineses y galerías under, postula a fondos concursables y llena formularios como a quien se le va la vida. Sus días transcurren así, siempre iguales, hasta que durante uno de sus ocasionales regresos a Chile comienza a ser interceptado con “curiosa fidelidad” por el fantasma de una curadora y crítica de arte recién fallecida.
Repasando las ocurrencias, frustraciones y encuentros paranormales de Piña, el narrador de este relato evidencia el lugar que lo fantasmal ocupa no sólo en el mundo del arte, sino también en todo el trabajo contemporáneo.