Con Salvapantallas, Luis Chaves emprende la tarea que habíamos dado por imposible desde muchas décadas atrás: escribir la novela total. Consigue esto no apelando a los mecanismos decimonónicos -y los de las grandes novelas latinoamericanas de mediados del siglo XX-, que pretendían abarcar en una sola obra todos los aspectos de la condición humana, sino escindiendo el núcleo de una narración para hacer que esta transcurra desde los primeros momentos de una vida hasta los últimos de la escritura de la obra que leemos, pasando por los relatos de noches y viajes y meandros que conducen al narrador-autor por esa calle escabrosa que llamamos sobrevivencia. Esta obra rebalsa los diques autoritarios y porosos que delimitan los géneros literarios. Tan pronto es una novela como una colección de cuentos o una crónica, tan pronto seguimos un hilo de lectura como nos perdemos en las digresiones que permiten la nostalgia y el recuerdo. Luis Chaves nos regala, así, una historia que debía ser contada, simplemente: amarrada, dividida y vuelta a unir merced a un impulso narrativo de primer orden.
“Luis Chaves, uno de los grandes poetas latinoamericanos, pasa con toda tranquilidad de los versos a la prosa porque, sobre todo, sabe que se trata sólo de una forma de enfocar la respiración. Como ya lo hizo en su hermoso libro de prosa llamado 300 páginas, acá vuelve a metabolizar los momentos de su infancia, los vestigios de su vida adulta, los sueños que narran el reverso de nuestro destino en un libro inolvidable.”
Fabián Casas.