Un largo aprendizaje de la observación, un interrogatorio infinito de la imagen compuesto por pequeñas escenas cotidianas, narradas con técnicas cinematográficas o teatrales que permiten conocer aquello que es visible, detenerse en cada imagen, en el encuadre, en la visión y la clarividencia; y que tienen la capacidad de hacer foco en las líneas, sospechar entre líneas y ser movidas por la sensibilidad de Gonçalo M. Tavares hacia lo invisible.